...que fueron como dos dedos que atraparon la luz, desde la sombra, la tocaron casi a tientas...dedos que se acogen al tacto partiendo del tacto solamente... y cuando el tacto casi la envuelve, esta diluye, cae desplegada, se escapa, yéndose en medio del desafío…
Puede ser una metáfora distante, un silencio a medias, puede ser estos tres renglones los que resuman un año... se trata de la razón inconcreta de conjugar instantes, de transcurrir la sinrazón a la razón de todo, de plantearse preguntas difíciles mientras recuerdas algo concreto o inconcreto...dejarse llevar por los segundos felices de alguna escena absurda de nuestra vida que queda en la retina de lo que nos gustaría acordarnos para siempre...
poco se hace al arrepentirse de un vacío, de intenciones, de propósitos sin fin, de promesas deshechas en papel inquemable y es que, ese arrepentirse es algo diferente al arrepentimiento de conjugar verbos que comprometen, de esas ideas con boca, de expresiones de voz, de esos momentos en los que nunca debieron salir palabras,
y es que de grandes momentos erróneos está hecha la experiencia...
Mientras tanto, uno intenta atrapar relojes para que todo no vaya tan rápido, estrena un cuaderno para retener la ocasión, retratar el momento, parar una historia que comienza otra vez nueva,
de la que uno parece que es participe...todavía..
y tal vez, protagonista...
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