Corto preámbulo a un despertar...

A tientas. A la noche y a veces sin ella…
Tu voz como una mano a ciegas se mete a mis oídos, busca mi escucha y vuelve entonces, el suspiro suave que late resurgiéndote en lo que parece que es un sueño. Tu voz sobrevive a ser un grito que ensordece, sobrevive a lo largo de la noche,sucumben por ella las sombras.Se roba la palabra que delata este secreto.
A pulso tu voz se come toda esta soledad. Bate en retirada la solitud de lo imposible.
No sabes si esto es verdad o mentira.Tampoco es necesario te mueves por el instinto de esperanza. Ansías ser feliz. La sangre vibra en un convulso latido.
El corazón se arriesga, siente.Vive. Recuerdas el escalofrío del primer beso, intentas convencerte si eres capaz de decir lo que hay en un papel escrito. Te encuentras en un intento de superar la ausencia. Entre la niebla dos cuerpos tatúan su aliento en un silencio donde los ojos no mienten y el abrazo empieza a despertar ese viento que huele a despedida. Sin hablar,sin querer buscar la palabra concreta que dé significado a todo esto. Vuelas, vuelas en medio de esta insinuación entre lo poco que se sabe y lo mucho que se ignora. Imaginando ese sentir a partir de lo que se intuye…
Entre el decir y el callar. Entre toda reticencia de lo que se esconde...cuando el secreto aúna el silencio que nos pone a prueba.
Todo acaba. Abandonas. Ceden tus riendas. La magia se desvanece.
Te ves retrocediendo en un túnel sin aire, donde habías perseguido el recuerdo de su nombre.

Ese eco maldito que acaba cuando vas despertando...